Spoilers de ambas temporadas de Arcane. Este texto no será muy accesible para quienes no han visto la serie, lamento eso.
El concepto de lo arcano es, por definición, intrigante. En nuestro mundo, lo arcano se limita a algo recóndito, esquivo, cuya existencia se acerca más a una leyenda que a un hecho. En el mundo de Arcane, lo arcano es magia. Enigmática, incontrolable y natural.
Siempre que consumo alguna historia ficticia, una de las primeras preguntas que me hago es “¿De qué es metáfora esto?” Para mí, descifrarlo es una gran parte del placer que encuentro en el arte. Descubrir de qué trata el show se sintió tan satisfactorio como completar un rompecabezas de mil piezas. La serie es una miríada de temas con sus respectivos paralelos entre personajes, todo orquestado con una precisión quirúrgica. Y como toda buena obra, usa un tema como guía.
El tema principal de Arcane es el amor. El amor como juez, jurado y verdugo. Bajo el microscopio, el amor es lo arcano. Su naturaleza inestable transforma, deforma, aniquila y trae a la vida, porque sí. ¿Existe una fuerza más poderosa en el universo, capaz de subyugar a su víctima para hacer cosas que nunca había imaginado?
El amor conjura relaciones. No es coincidencia que la serie se adentre en todo tipo de estas, amorosas, tóxicas, platónicas… y hay unas que saltan a la vista más que las demás: maternal y paternal.
La mayoría de las mujeres principales de Arcane tienen una relación significativa con una figura materna o paterna, y todas comparten una particularidad: el amor hacia su hija fue la causa directa de su perdición. Silco da en el clavo cuando se lo pregunta en voz alta,“¿Hay ruina peor que una hija?”
Arcane responde que no. No existe mayor ruina que aquella provocada por tu hija, y traída por tu propia mano.
Si Caitlyn nunca hubiera sido ejecutora, entonces su madre seguiría viva. Pero eso es fácil de decir. El efecto mariposa es poderoso en Arcane. Cassandra Kiramman es miembro del consejo de Piltover, lo cual trae consigo expectativas que su hija quebró al convertirse en policía. Cuando el conflicto Piltover-Zaun escala al final de la primera temporada, Caitlyn le pide a su madre un espacio ante el consejo para proponer una solución. Convencida por la pasión y el sentido de justicia de su hija, la mujer se lo concede, reacia.
Una podría argumentar que aquí estuvo el momento de debilidad de Cassandra, dado que es el evento que da paso a su muerte. Que se ablandó por su hija y su amor transmutó un “no” en un “sí”. Como veremos, el hecho de que todos estos progenitores reales o simbólicos hayan muerto después de expresar devoción por sus hijas no es coincidencia. De las hijas presentes en este artículo, Caitlyn es la única que tuvo un momento clave para salvar a su madre, pero falló. Si hubiera disparado a Jinx, habría salvado a Cassandra y muchas vidas más, teniendo en cuenta los acontecimientos que suceden después. No me sorprende que el remordimiento la haya convertido en una persona diferente. La Caitlyn anterior fue devorada viva por la culpa y el luto.
El remordimiento también atormenta a Marcus, quien obtuvo su puesto de sheriff gracias a un trato con el magnate de Zaun, Silco. Este acuerdo, hecho en su juventud, lo persigue en su adultez, cuando se siente atrapado bajo la extorsión del criminal. Aunque intenta resistirse cada vez que Silco le exige actos ilícitos, el magnate lo somete con un ultimátum: amenaza la vida de su hija, Ren. Algo que siempre estuvo bajo la superficie ahora es explícito y la resolución del sheriff nunca había estado tan fuerte. Como padre soltero, todo lo que tiene es a su hija. Decide seguir colaborando con Silco para velar por el bien de Ren y su vida termina abruptamente. En sus últimos momentos trató de pasar un mensaje hacia su hija, pero falleció antes de poder formularlo.
No hace falta decir que el amor de Marcus a su hija le impide terminar con sus largos años de corrupción, unos que empezaron por su ambición ignorante. No ve otra salida y honestamente, quizá no la tiene. Silco es poderoso y temerario. Al poner a los personajes entre la espada y la pared podemos ver su verdadera naturaleza. Los vuelve humanos, personas sintientes. ¿Existe algún padre capaz de poner en peligro a su infante solo para seguir las leyes? ¿Sería calificado como un monstruo o alguien justo?
Hablando de monstruos, hay que mencionar a Ambessa Medarda, una mujer sin escrúpulos a la hora de proteger a su familia. Excepto con su hija Mel, con la que parece estar empecinada en proteger estando lo más lejos posible de ella. Ambessa la desterró de su nación, Noxus. Al preguntarle la razón a su madre, ella escupe amargamente la respuesta, “Porque me hacías débil. No podía soportar verte a los ojos cuando tomaba decisiones, las decisiones necesarias para mantenernos a salvo.” A medida que avanza la historia, ambas terminan en lados opuestos del conflicto, alcanzando su clímax con una batalla entre ellas. Mel se aventaja y logra herir fatalmente a su madre. Ambessa admite su derrota otorgándole el título más prestigioso que ella conoce: “Tú eres el lobo”
El lobo al que se refiere es alguien que hace todo lo necesario para triunfar, sin piedad. Ambessa pensaba que ella lo era, pero había algo que nunca podría hacer. Su hija fue capaz. Ella, por encima de todo (excepto ser madre), es una general de guerra y eliminar amenazas hacia su autoridad es rutina. A pesar de todo, su amor por su hija fue la única grieta en su armadura.
Y ahora el plato fuerte: Powder y Vi. Vander dejó de ser el icono de la revolución después de una revuelta fallida que él lideró, en donde acepta bajo su cuidado a las hermanas. Los padres de las niñas murieron aquel día, y es evidente que carga consigo las pérdidas humanas. Así es como abandona la rebeldía y elige una vida tranquila, para asentarse a ver el bosque en vez de un solo árbol.
Después de un incidente en un penthouse de Piltover, los ejecutores buscan un culpable. Honorando el trato que hicieron con Vander para tener paz en la desigualdad, le dan un periodo de tiempo para que entreguen al responsable o lo tomarían a la fuerza. Las culpables, obviamente, son Powder y Vi. Vander elije entregarse para que dejen de perseguir a las niñas, a pesar de que eso signifique que Zaun quede sin líder simbólico, potencialmente dañando el bienestar de sus habitantes. Está dispuesto a entregar su vida para que sus hijas disfruten la suya. A pesar de eso, Vander no puede consumar su plan y muere (Hasta donde sabemos en el momento) por una explosión de parte de una máquina de Powder, bajo circunstancias que no explicaré para no desviarme.
El hecho de que Vander haya dejado la lucha es visto como debilidad por su “hermano”, Silco, por lo que ambos se distancian. La ironía es que él entendería esta decisión años después. Al magnate se le ofrece el sueño que tenía desde que empezó su vida criminal: la creación del estado de Zaun, independiente de Piltover. Esto solo sería concedido si permite que Powder, ahora Jinx, sea entregada a dicha ciudad para que pague por sus crímenes. No obstante, por eventos de la trama, ahora es Silco quien vela por Jinx, y su relación de interés se transformó un una valiosa para ambos, lo cual envenenó su determinación.
Ahora, decir que Silco amaba a Jinx es algo con lo que no espero que todos estén de acuerdo. O quizá sí. Ciertamente, su relación padre-hija es controversial y la serie hace un esfuerzo para mostrar el afecto del hombre hacia esta huérfana. ¿Habrá algo más cruel que ofrecerle a un personaje todo lo que quiere, solo para que lo rechace por voluntad propia? (Sí lo hay: Lo que Ekko sufrió en el capítulo siete de la segunda temporada, pero no hablaré de eso. Ya duele lo suficiente) Silco rechaza el mayor sueño de su vida, prometido a él en bandeja de plata, únicamente porque significaría entregar a Jinx. Yo creo que ustedes ya saben el patrón. Él finalmente muere debido a una bala disparada accidentalmente por Jinx, y sus últimas palabras son dichas en desesperación; no por miedo a morir, si no por miedo a que ella creyera que él la abandonaría. “Nunca te habría entregado a ellos. Por nada del mundo. No llores. Eres perfecta.”
Es casi tragicómico el nivel de miseria que puede haber en Arcane. El hecho de que ninguno de estos padres y/o madres pueda siquiera vivir es nefasto, pero necesario para sus temas, y admiro a los guionistas por comprometerse a la idea. Por otro lado, para completar este análisis debemos hacernos una pregunta que revelará otra capa de significado: ¿Qué pasa cuando la hija se convierte en madre?
Jinx e Isha
La casualidad unió sus caminos y su amor los mantuvo juntos. La relación de ambas es más bien de hermanas, que de madre-hija. Aun así, yo creo que el aspecto maternal de este tipo de conexión es innato. Muchas hermanas mayores dirían lo mismo.
Jinx, la figura maternal, no resulta muerta a manos de la niña que protege porque es ella quien fallece primero. La pérdida de Isha es su ruina. Así de simple. La fórmula, el patrón de hijas sobreviviendo a sus madres se rompe aquí y deja a dicha madre sin brújula, hundida en un pozo de depresión. Es en este pozo donde se le aparece Silco en una alucinación y le dice que “Matar es un ciclo”, y la única manera de terminarlo es encontrar la voluntad de alejarse. Jinx sabe que ella es la razón por la que Vi y Caitlyn no pueden estar juntas, ella sabe todas las muertes de las que es responsable, y sin duda se culpa por la muerte de Isha. Entonces, ella escapa para, en sus palabras, romper el ciclo. Osea, suicidarse.
Eso no es la solución. Con su suicido, Jinx piensa que cesará de infligir dolor a otras personas. Está equivocada. Eso solo perpetuará el calvario hacia otros. El ciclo debe terminar, como dijo Silco. No romperse. Esta diferencia lingüística lo dice todo y me parece un increíble detalle de parte de los guionistas. Existe libertad en alejarse y seguir caminando hasta el próximo ciclo que terminar o del que ser parte.
Arcane termina antes de mostrarnos cómo alguien se aleja del círculo vicioso. Jinx replica el sacrificio de Isha por su hermana Vi, dejándose caer al vacío y así afianzar la seguridad de su hermana en medio de un edificio desmoronándose.
Ahora, no voy a fingir de que no existen pistas apuntando a la sobrevivencia de Jinx en el epílogo de la serie. No obstante, y en mi humilde interpretación, el ciclo solo se termina cuando alguien se aleja y sigue viviendo. Tan pronto como Arcane (o cualquier otra versión futura de la historia), nos muestre a Jinx viva, podré exhalar el respiro de expectación que se mantiene en mis pulmones. Por ahora, y para mí, Jinx sigue en el ciclo, en un limbo entre perpetuarlo y terminarlo donde la respuesta solo está en el corazón de las personas que la conocieron.
Yo creo que el amor también es un ciclo. Es una calle bidireccional, un karma, magia, lo arcano. Hemos visto como se mueve de sujeto a sujeto, lo posee y provoca eventos monumentales en su vida. Madres, padres e hijas. Es como si la serie dijera que tanto amor no puede existir sin consecuencias. Tal y como Viktor dice, “Aquello que nos inspira a nuestro mayor bien, es también es la causa de nuestro mayor mal.”
Es un gran logro audiovisual y redefinió mi estándares. Debo vivir con el hecho de que pasará mucho tiempo antes de que pueda experimentar las storylines de sus personajes, e incluso del mundo ficticio de Runeterra. Pese a ello, si esa cantidad de tiempo es necesaria para que nazca algo la mitad de bueno que Arcane, guardaré mis lamentos y juntaré hype.
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Me hacía falta un análisis tan certero de Arcane, me encantó leerte 💞
Estoy feliz de por fin haber encontrado alguien que escriba en español, y además tan bien.
Luego en el Internet nos hacemos la idea de que a fuerzas debemos escribir en inglés para tener una audiencia, pero me alegro que no hayas sucumbido a eso.